Aunque estas recopilaciones son necesarias (pues para saber quién eras tienes que ver quién has sido), es necesario no caer en el error de pensar que lo mejor del COTIF llegó en el pasado. Lo mejor del torneo internacional que se organiza cada año en la Ciutat Esportiva Els Arcs de l'Alcúdia está por venir. Aun así, no es posible viajar al futuro y saber cuáles serán las futuras estrellas que pasarán por el COTIF y, por lo tanto, hemos querido hacer una mirada a atrás, pero muy poco atrás. En los últimos cinco años se ha producido la absoluta consolidación del campeonato alcudiano. ¿Por qué? Pues en buena medida porque el mundo del fútbol ha entendido definitivamente que el COTIF es el escaparate más importante del deporte rey a nivel europeo, por lo que respecta a las más prematuras estrellas del balompié. En tiempo de crisis económica y problemas de financiación de los clubes, los cuerpos técnicos de los equipos han mirado hacia las canteras, intentando nutrirse de jóvenes y baratas estrellas. Se ha acabado aquello de valorar más al joven brasileño, checo o italiano que al integrante de la cantera propia, que conoce la casa y siente los colores. El mundo es cada vez más global pero las personas, los organismos o los clubes cada vez miran con un prisma más introspectivo. Esta tendencia se ha unido a la necesidad de optimizar recursos, también económicos. En el COTIF se pueden ver estrellas del fútbol. No, como antes, futuras estrellas. Los entrenadores confían ya en jóvenes de diecisiete, dieciocho o diecinueve años. Del COTIF pasan a titulares de los principales equipos. Ejemplos se registran a montones. Tal vez, en los últimos años, los más elocuentes han sido los de Icardi, Isco, Vadillo, Demirbay, Santi Mina o Nono. Son nombre utilizados al azar, dado que la nómina ex de una extensión casi insultante. Actualmente, cuando una estrella empieza a destacar desde bien joven, rápidamente muchos de los aficionados al COTIF buscan entre sus archivos (mentales o materiales) para saber si pasó por l’Alcúdia. Es lo normal.
dissabte, 31 de maig del 2014
dimarts, 8 d’abril del 2014
¿Cuánto vale la vida de un futbolista juvenil?
El fútbol valenciano ha vivido estos días una catástrofe de una magnitud difícil de recordar. La muerte del jugador juvenil del CDEB Ontinyent Óscar Martínez en Villanueva de Castellón durante el partido que enfrentaba a los dos conjuntos ha sacudido con fuerza a los aficionados al deporte rey, recordando de nuevo viejos episodios muy famosos en los que perdieron la vida ya insignes futbolistas como Jarque o Puerta. El joven de Aielo de Malferit falleció tras sufrir un paro cardíaco, siendo insuficientes los primeros auxilios aplicados por el cuerpo técnico y los padres de los jugadores del Ontinyent y poco después (la ambulancia tardó sólo siete minutos) el trabajo realizado por las emergencias sanitarias.
Más allá de la desgracia, el poso que queda tras el hecho es la seguridad médica en el deporte. Evidentemente es complicado controlar las dolencias que pueden padecer todos los jugadores valencianos que disputan, semana a semana, más de mil partidos en el territorio autonómico. No hay culpables en el fallecimiento de Óscar Martínez. Sin embargo, quizá se debería dar un paso y asegurar, por ejemplo, la difusión de desfibriladores en todos los terrenos de juego españoles. La legislación vigente no comprende la obligatoriedad de disponer de este aparato médico en las instalaciones y la mayoría de clubes no cuentan con los utensilios necesarios para responder con efectividad en un momento de urgencia. La federación debería llegar a algún tipo de acuerdo económico con quién sabe que empresa especializada en desfibriladores y a cambio de comprarle cientos de miles (o canalizar la compra de los clubes) conseguir un precio asequible para todas las entidades deportivas.
Afortunadamente, la mayoría de ellos quedarán sin uso y nunca se precisará de su aplicación pero con una vida que se salve habrá valido la pena el establecimiento en todas las instalaciones. Es un esfuerzo necesario
que debe aplicarse con premura, así como mejorar (cualquier prevención es poca) los análisis médicos que realizan la federación y los clubes.
Publicado por Carles Senso - Periódico Levante-EMV
dissabte, 29 de març del 2014
Ayza Gámez aboga por educar a los jóvenes para acabar con la violencia en el fútbol
El árbitro de la Liga BBVA llena la Casa de la Cultura de l’Alcúdia, en una nueva conferencia del COTIF
La
Casa de la Cultura de l’Alcúdia se llenó completamente ayer viernes para presenciar
la conferencia que el árbitro de la Liga BBVA Miguel Ángel Ayza Gámez
protagonizó dentro del serial que el Torneig Internacional de Futbol Sub-20 (el
COTIF) lleva organizando durante todo el año para complementar al campeonato
que se celebra en el mes de agosto. El colegiado desveló muchos de los secretos
que rodean al mundo arbitral, uno de los elementos más herméticos del fútbol
nacional. Así, hizo un profundo repaso de los procedimientos que utilizan los
trencillas en la preparación de los encuentros y su estudio posterior,
subrayando que, desde hace algunos años, la Federación Española de Fútbol ha
potenciado la preparación psicológica de los jueces de juego.
Ayza
Gámez (que recibió la insignia de oro del torneo internacional y firmó en su
libro de honor tras arbitrar la final del año pasado entre España y Argentina)
afirmó que el arbitraje español, al igual que su fútbol, está entre los mejores
del mundo pero que no hay que caer en la autocomplacencia y seguir trabajando
para perfeccionar sus decisiones. En dicho sentido, consideró que la
introducción de la tecnología en las decisiones podría favorecer su labor.
“Cuando más nos faciliten nuestro trabajo, mejor”, adujo. Ayza Gámez realizó un
complejo análisis de todos los factores que envuelven al mundo arbitral y que
pueden acabar condicionando sus decisiones, desde los intereses sociopolíticos
de fútbol hasta el tratamiento que realizan los medios de comunicación.
dijous, 20 de març del 2014
¡Dejen en paz a los niños!
Decía la campaña que «si tú lees, ellos leen» pero, por supuesto, dicha transfusión mimética también se produce, incluso en mayor medida, con los aspectos negativos. De hecho, hay muchas posibilidades que si tu eres un «hooligan», violento y maleducado, tu hijo o hija sea también un energúmeno social que utiliza el deporte para mostrar sus peores modales. Esta semana se ha conocido el caso de dos individuos que en León agredieron a un árbitro de 16 años. Uno lo sujetó, el otro le propinó varios puñetazos, causando el ingreso en el hospital del joven colegiado. Sus razones se cimentaban en el partido que el árbitro estaba pitando... ¡de prebenjamines! Niños de 6 y 7 años viendo a sus padres agredir al árbitro. Aquí en la Ribera se han vivido casos similares, con jugadores o aficionados que se vieron con la suficiente potestad como agredir al juez respectivo de la contienda. Ejemplos de lo que no es (o debería ser) el deporte.
La práctica de una actividad física debe estar sujeta a la proyección de valores, mil veces repetidos pero, visto lo visto, aún no las suficientes veces. La diversión debe imponerse sobre la competitividad, el compañerismo sobre el individualismo, la solidaridad sobre la rivalidad, el respeto (por ejemplo al árbitro) sobre la falta de consideración. Más todavía cuando se trata de niños y niñas. Los padres y madres deben entender que los jóvenes no juegan al fútbol, baloncesto o waterpolo para sacarlos de la ruina. ¡Aléjense de la línea de cal, por favor! Basta de presión, basta de ver los partidos cada semana como si la vida se fuera con el tanto en contra, basta de ejercer presión sobre los menores, trasladándoles su falta de educación como espectadores. Si quieren que el deporte aporte algo a sus hijos, ¡déjenlos en paz!
Publicado por Carles Senso en Levante-EMV La Ribera
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